La operación implica una sustancial mejora de las instalaciones, que se verán reforzadas con nuevas dotaciones como pistas de pádel y voley playa.

Las obras en la piscina climatizada de Cabezón de la Sal ya han comenzado. Las casetas por las que pululan los operarios situadas en la zona verde del exterior de las instalaciones evidencian el inicio de los trabajos, que supondrán un colosal cambio en las instalaciones, tan solicitado por los usuarios desde hace al menos dos años.
La operación implica una mejora considerable de las instalaciones, así como nuevas dotaciones. Por ejemplo, una piscina de chapoteo descubierta en el exterior, que se sumará a una pista de pádel y otra de voley playa y un nuevo gimnasio de más metros cuadrados que el actual y con más equipamiento.
En palabras, el proyecto parece cuanto menos atractivo. La directora del centro, María Tresgallo, informó sobre el inicio de los trabajos. «Por ahora se está llevando a cabo la reforma integral de los vestuarios», explicó, lo que implica construir dos vestuarios infantiles «que sólo puedan emplear los niños» para que estén separados de los adultos.
El gimnasio
El espacio que en la actualidad ocupa el gimnasio será transformado en «dos salas para realizar actividades dirigidas», explicó la directora. Para ubicar el nuevo gimnasio, se construirá un edificio anexo de casi 300 metros cuadrados en el que «habrá un buen número de máquinas nuevas». Y fuera, en la zona verde, estará la piscina de chapoteo «para el verano que viene».
Por último, «se construirá una nueva pista de pádel y otra de voley playa al lado de la actual pista de tenis», añadió la responsable, quien calculó que los trabajos que implican la reforma de los vestuarios finalizarán este septiembre. «El gimnasio en octubre y la piscina de chapoteo podrá empezar a utilizarse el año que viene», calculó Tresgallo, que asegura que las obras no afectarán al funcionamiento normal de las instalaciones.
Tras la necesaria adjudicación de este servicio a la empresa, Serviocio continuará gestionando la piscina durante 25 años. El proyecto implica una inversión de 800.000 euros y el Ayuntamiento percibirá un canon anual de 1.000 euros. La implantación de tantos cambios es para el equipo de gobierno una necesidad casi acuciante. «Actualmente apenas se saca rendimiento a las piscinas municipales y además, no cumplen la normativa relacionada con el sistema de coloración y los vestuarios, que se han quedado obsoletos», justificó la alcaldesa, Esther Merino.