Cobo, de la depresión al liderato, y el Geox, un equipo marginado, mandan en la ronda español.
«Ha ganado el mejor», se resignó en la meta Wiggins. «Yo he tenido un problema mecánico en el descenso del Cordal -puerto anterior al Angliru-, pero eso no es excusa. Cobo era hoy inalcanzable». El británico que quiere ganar el Tour 2012 se resiste a rendirse. «Todavía no está la Vuelta perdida». Aunque casi. En el fondo sabe que esta edición es ya la del ‘bisonte’ del Geox.
A cada éxito de Juanjo Cobo le acompaña una bolsa de gominolas. La tuvo el sábado en La Farrapona, cuando se acercó al liderato, y también ayer, cuando lo consiguió. Feliz como un chaval gastando la paga dominical en la tienda de chucherías. A una sonrisa por ‘osito’. «Aún no se puede decir que haya ganado la Vuelta, pero ahora lo tengo más fácil que nunca», declaró entre dulce y dulce. Hacía frío en la cima. Y más después de haberse exhibido durante 44 minutos de tremenda ascensión. Se tapó y relató su mejor viaje: «He tenido desde el inicio buenas sensaciones. Quería probarlo. No sabían cómo iban los demás, así que he atacado. Había que recortar el mayor tiempo posible». Hizo más. Rebasó a todos en la general.
«En la vida lo hubiera pensado. Hace sólo unos meses quería dejar la bici. Y mira ahora». Hasta Cobo se extraña de Cobo. Pide la clasificación, la hojea y flipa. Líder total. De su equipo y de la Vuelta. En el Geox, un ganador del Tour, Sastre y un vencedor del Giro y la Vuelta, Menchov, trabajan a sus órdenes. Y en la Vuelta, todos le temen. «Es la recompensa a todos los momentos malos que he pasado el último año y medio. Caí en una depresión. No me salían las cosas. Por eso disfruto más de todo esto; lo saboreo con más ganas». Paladea sobre su segunda oportunidad.
Hace dos semanas la vida del líder era otra. «Vengo a ayudar a Menchov y Sastre. Son los líderes. Sólo si fallan tendría mi oportunidad», declaró. El candidato del fondo. La contrarreloj por equipos inicial, desastrosa para el Geox, le apartó aún más. Pero viene de muy lejos, de más de un año con las manos en la cabeza sin saber qué hacer. Sin sentirse ciclista. «He pasado muy malos momentos. En mayo, antes de ir al Tour de Eslovenia, le comenté a Matxin que quería dejarlo. No merecía la pena seguir para pasarlo tan mal. Matxin me convenció, me dijo que siguiera sin obsesionarme y que no me iban a exigir. Fui a la Vuelta a Austria y ya me sentí mejor. Y en la Vuelta a Burgos me vine arriba».
Adiós a su depresión. El reencuentro de Cobo. «Sé que he perdido año y medio». En 2010 corrió en el Caisse d’Epargne, el buque insignia del ciclismo español. Ni se le vio. Le costaba hasta terminar las carreras. Irreconocible. No le renovaron, claro. Matxin le hizo hueco en el Geox. Otra oportunidad. Tampoco. Hasta el mes de agosto no hubo noticias del ‘bisonte’. Ahí mugió. Sonido poderoso. Ahora manda en una Vuelta que tiene a tiro. «Quedan cuatro etapas muy complicadas. El Sky no se va a conformar con ser segundo. Pero yo confío mucho en mis compañeros». Su equipo es el primero en la clasificación por escuadras.
Ni en el libro oficial en 2009
El Geox es heredero del Saunier Duval, conjunto desmantelado tras el positivo de Riccó en el Tour 2008, y del Fuji-Servetto. Con esos tres maillots se ha vestido Cobo. El Geox aún paga los efectos secundarios de aquel escándalo. Pese a contar con un ganador de la ronda gala como Sastre y un candidato como Menchov, la dirección gala no les ha invitado. Han estado apartados de varias de las grandes carreras. Y se han sentido arrinconados. En 2009, por ejemplo, el Fuji-Serveto ni figuró en el libro oficial de la Vuelta. Les dieron los peores hoteles, los más alejados. Equipo proscrito. Tachado por dañar la imagen de la ronda gala. Para ir al Giro, el Fuji tuvo que recurrir al Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS), que sentenció a su favor. Como sucedió con la Vuelta. Fueron admitidos a regañadientes.
Este año, con el patrocinio de Geox, la estructura de Matxin y Gianetti, ha incrementado su valor con los fichajes de Menchov y Sastre. Pero ya en el pretemporada supieron que el Tour les mantenía vetados. Menchov no brilló en el Giro. Sastre, con una bronquitis sin fin, no ha vuelto a ser el que fue. Y de Cobo no se sabía nada. Hasta que este fin de semana ha vuelto. «Mi equipo tendrá fuerzas para mantener el liderato», dice el dueño de ‘La Roja’. Es la Vuelta de Cobo y el Geox, tanto tiempo tachados.
Fuente: El Diario Montañés